martes, 21 de diciembre de 2010

Suspiros.-

Por algún lado un día leí, que un suspiro es aire que nos sobra, por alguien que nos falta. Alguien que nos falta, que quizá está solamente un rato, te saca sonrisas y en ese rato te hace olvidar esa promesa que te hiciste a vos misma para no volver a sufrir; no dejar entrar a nadie más a tu corazón, nunca más, durante ese ratito hasta me animaría a decir que siento ganas de volver a creer que el amor puede existir. Pero como todo lo lindo se termina rápido, al tocar de nuevo la tierra con los pies, duele entender que fue un momento lindo solamente, y que la rutina sigue como siempre. Volvés a recordar y a reafirmar esa promesa, la vida sigue igual, el corazón late como siempre y ese hielo que lo recubre vuelve a aparecer casi intacto. No existe el dolor a causa de otro amor, no existe. Los sentimientos pasan a un segundo plano en el día a día y en el futuro, no existe el tiempo para que el corazón sienta. Y así van pasando los días, y todo sigue perfecto. La herida que ya cicatrizó no se vuelve a abrir y nunca más vuelve a doler. El mundo armado sigue en su cajita de cristal y en ese mundo no hay lugar para los suspiros, porque todo es "perfecto".
Y si todo es perfecto, ¿Por qué suspiro cuando recuerdo esos momentos fugaces?¿Por qué a veces siento que la soledad es mi peor compañía? Quizá ese mundo perfecto no existe, y es solamente mi miedo inmenso de sentir, de sufrir. Ese miedo que llegó a mi vida y plantó bandera aquí, helando mi corazón y matando todas las ilusiones.
Ya no hay suspiros, porque algún día le prometí a mi corazón no hacerlo sufrir nunca más. Este corazón no siente, este corazón ya no suspira. Ya no!

No hay comentarios:

Publicar un comentario