jueves, 11 de agosto de 2011

Vida.

¿Cuánto tiempo pasa la gente pensando en sus problemas? ¿O recordando situaciones y momentos dolorosos de su vida? ¿Por qué hay personas que llegan a terminar con su vida por el hecho de haber terminado con una pareja? ¿Tan poco vale nuestra vida? ¿Por qué sólo la gente que tiene algún problema grave de salud disfruta su vida al máximo, mientras que todos los demás la desperdician sin problema alguno? ¿Realmente hay que llegar al límite para abrir los ojos y reaccionar?
Entiendo que tarde o temprano la vida se termina, pero ... ¿Por qué no intentar disfrutarla más? Disfrutar de esos momentos pequeños, pero que sin embargo nos llenan el alma; un abrazo de mamá, un domingo en familia, una tarde con amigos,un día de sol y ¿por qué no uno de lluvia también?. Un amanecer mirando el mar, una noche estrellada. Cosas que nadie puede prohibir, cosas que no hay que pagar ni al contado ni en cuotas, cosas que van marcando huellitas en nuestra vida.
¿Quién nos puede negar pasar momentos felices? ¿Quién nos puede prohibir sonreír? ¿Quién nos impide seguir adelante con la mejor de las sonrisas aunque el golpe haya sido fuertísimo?
¿Quién? Nadie! Sólo nosotros mismos.-

domingo, 22 de mayo de 2011

Ciclotimia

Hay noches que solamente necesito volar, noches que solamente necesito escribir y no me importa si lo lee un idiota o un crítico de la literatura, yo solamente necesito hablar sin que nadie me escuche, escribir sin que nadie lea, llorar sin que nadie se dé cuenta.
Hay sentimientos que nadie sabe que existen en mí, hay momentos en los que solo necesito recordar. Hay miles de cosas y actitudes que pueden molestar, pero una de entre esas tantas puede doler. Y el verdadero dolor, se siente en silencio. 
Hay momentos, en los cuales la única solución es entender y dar pasos para el costado. Entender que las cosas en la realidad, no salen igual que en nuestros sueños. Aceptar. Resignarse.
Hay momentos en los que necesito sonreír mirando para atrás, dónde quedaron guardados todos esos recuerdos que alguna vez me llenaron el alma. Hay momentos en los que necesito llorar y brindar por todo lo que fuimos y por todo lo que pudimos llegar a ser y nunca será.
A veces siento que nada tiene sentido y a veces, que todavía no hay nada perdido. Momentos en los que sólo necesito ese abrazo, momentos en los que quiero distancia.


Hoy, necesito entender, aceptar y resignarme. Hoy solamente es eso lo que necesito.-

martes, 3 de mayo de 2011

Acostumbrada.-

Cuánto tiempo pasó, cuánto cambiaron las cosas. Me es tan raro todo ahora, miro todo a mi alrededor, y nada de lo que miro puedo verlo con los mismos ojos que antes. Siento miles de cosas que no puedo explicar, pero van más allá de un 'estar bien' o 'estar mal' . Estoy en un momento que yo sabía que iba a estar, no es un momento por el cuál no haya transitado antes, que presentía y que muy en el fondo estaba esperando. Quizá lo esperaba para no volver a involucrar mis sentimientos en algo que no tiene sentido, para no volver a lastimarme. 
Necesito tiempo, necesito entender mejor y aceptar. Sólo es cuestión de aceptar, una vez más. 
Y cada día que pasa, me convence más de que el tiempo no ayuda, no cura, sino que por lo menos en mí, el tiempo cada vez me lastima más y más, sigue haciendo doler heridas viejas y abriendo nuevas. El tiempo me acostumbró a esperar siempre un final, hasta cuando apenas comienza. El tiempo me acostumbró a que las personas me fallen, a estar preparada para que me fallen. El tiempo me enseñó a acostumbrarme. 
Me acostumbre tanto a sufrir y a llorar por decepciones, que ya casi no me duelen. Se volvieron parte de mi vida. 
Aprendí a entender todo, hasta las cosas que más me lastiman. Aprendí a entender cuando no hay "amor" de ambas partes, cuando no hay respeto, cuando a una persona le da igual la presencia de la otra. Supe entender, supe aprender, y supe seguir. Aunque no hayan ganas ni razones, aunque no hayan motivos, aunque duela, aprendí a seguir con mi vida. 
Me acostumbré.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Dos desconocidos.-

Dos caminos con rumbos muy diferentes, se cruzaron una noche fría, en el momento más inesperado y a la vez en el momento más indicado. Fuiste un dulce consuelo para ese corazón tan lastimado, para ese orgullo herido .. Fuiste un beso tierno, un consejo sabio, una palabra justa. Fuiste un amorío, un juego, un pasatiempo.
Era lo mismo verte o no, era lo mismo si estabas o faltabas. No tenía importancia tu presencia para mis sentidos. No había motivos para pensarte y mucho menos, para extrañarte! Tu nombre no alteraba mis pensamientos, tu nombre no existía para mi, no existía. ERAS UN JUEGO, Y NADA MÁS.
No sé en que momento pasó, no entiendo cuando cambió todo. No entiendo como te metiste en mi vida y en mis pensamientos, no sé como pude dejar que eso pasara. Las cosas se me escapan de las manos y cada vez me cuesta más y más controlar la situación. ¿Como pudo, un pasatiempo, simplemente eso, volverse tan especial en mí? ¿Como pudo? Ya no quiero pensar, porque a veces me duele y me asusta.
Y es que quizá tenga que admitirlo, quizá es verdad .. La soledad me está ganando y ya no sé cuán feliz me hace tanta soledad. Pero, qué sentido tiene involucrar mis sentimientos en un misterio, en un laberinto de preguntas que tiene tan pocas respuestas! Yo no quiero volver a lastimarme y equivocarme, no quiero.
"Nuestros momentos felicez" son como las estrellas fugaces, es muy lindo verlas pasar aunque sean segundos o minutos y disfrutar de ese momento, pero una vez que ya no las ves más, todo sigue igual. La vida continúa, y nosotros seguimos siendo dos desconocidos, nada más que eso. Nada más!.-