jueves, 23 de septiembre de 2010

Él, mi herida eterna.-

Hoy siento que no tiene sentido luchar por ese sentimiento, que quizás ya pasó mucho tiempo, y quizás vos seas feliz con ese alguien que te quiere y te quiere con el corazón entero, que te lo demuestra hasta con el más pequeño gesto; ese alguien que quiere sanamente. Nunca dudes que yo también te quería y aún hoy te sigo queriendo, pero quizás mi amor no sirve, o quizás soy yo la que tiene que aprender a querer, sin lastimar. Quizás no sé querer sanamente a un corazón, quizás jamás aprenda. No sé. No sé que quiero hacer, me dan ganas de gritar, me dan ganas de quedarme callada y guardarme todo este dolor, de enterrarlo de una vez y que no vuelva a doler nunca más, me dan ganas de salir corriendo y buscarte, decirte que realmente te necesito para ser feliz, aunque sea por algunos minutos. No sé, lo único de lo que estoy segura que si sé, es que te extraño y no te olvido. Tu sonrisa sigue plasmada en mi memoria, y tus palabras y tus promesas se tatuaron en mis oídos y en mi corazón. No entiendo que hiciste en mí, no entiendo como te metiste en lo más profundo de mí. No sé porque no puedo arrancarte de una vez y empezar de nuevo, totalmente de cero. No sé que hacer, para dónde caminar. No sé, me siento perdida en un laberinto, que por más de las miles y miles de vueltas que dé, siempre me encuentro en el mismo lugar; lejos de vos, tan lejos de vos. 
Desde el día que te fuiste, dejaste en mí un vacío eterno. Que jamás se llenó, con nada, por más de que tenga todo. Siempre me faltas vos. Y así sigo con esta espina clavada, siempre incompleta, pero sigo caminando hacia adelante, mil veces tropecé y volví a levantarme, siempre acordándome de nuestros momentos más felices, en los que me sentía llena, en los que no había dolor. Quizás son esos los recuerdos que más me lastiman, recordarte riendo y haciéndome reír; abrazándome, sintiendo tanto calor en esos brazos. Sentir tus labios acariciando los míos. Tocaste mi corazón, y yo te lo regalé después de que me dejaste sola, porque ya no lo sentía mío. Era tuyo, y a mi ya no me servía. Decidiste que era mejor estar lejos de mí, quizás porque yo te hacia mal, quizás porque te faltó el valor para jugarte por mí, no sé porque .. Pero decidiste eso, y yo lo acepté, con lágrimas en el corazón pero con la mejor de mis sonrisas, te dije adiós y me prometí arrancarte de mí, pero me fallé a mi misma. Intenté de mil formas, no hablándote, ignorándote completamente. Incluso intenté odiarte, por haberme dejado tan sola, siendo que yo te seguía esperando. YO NO HABÍA CERRADO LA PUERTA, vos siempre tuviste la llave. Pasó el tiempo, y me dolía ver que no volvías. Y creo que todavía te espero, aunque sepa que NO vas a volver, este estúpido corazón te espera. Y acá estoy, sigo de pie. Te extraño tanto, pero sigo de pie.-


No hay comentarios:

Publicar un comentario